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jueves, 13 de diciembre de 2012

03. Benito Pérez Galdós: Atisbos platerescos

Nota tercera 121213 de Francisco Javier Chaín Revuelta para una mejor lectura de la primera parte de “La de Bringas” de Benito Pérez Galdós. 121213

03. Benito Pérez Galdós:  Atisbos platerescos

“Era aquello…, ¿cómo le diré yo?..., un gallardo artificio sepulcral de atrevidísima arquitectura, grandioso de traza, en ornamentos rico, por una parte severo y rectilíneo a la manera viñolesca, por otra movido, ondulante y quebradizo, a la usanza gótica, con ciertos atisbos platerescos donde menos se pensaba, y…”

(Benito Pérez Galdós “La de Bringas” Editorial Offset, México 1987, página 23)

01. Plateresco. Dícese de los adornos caprichosos de follajes y de flores de que se revisten algunas obras de arquitectura. – Corresponde el estilo plateresco al primer período del Renacimiento español. Combinado con la elegancia de las nuevas formas de minucia heredada del gótico florido, el nuevo estilo se distinguió por el exceso de bajorrelieves, que acaban por perderse en el conjunto. A la tradición mudéjar se debe igualmente el abuso de los arabescos. El estilo plateresco brilló especialmente en los retablos de las iglesias, pudiendo considerarse como sus más típicas manifestaciones: el coro de la catedral de Ávila con su maravillosa sillería; la fachada del convento de San Pablo, en Valladolid; la capilla de los Reyes Nuevos, en la catedral de Toledo; el sepulcro de Don Juan II en Miraflores, etc. (Pequeño Larousse Ilustrado, México, edición 1982.)

02. Plateresco, -ca (de platero.) Adjetivo. Bellas Artes. Se dice del estilo ornamental de comienzos del Renacimiento español, que tuvo su desarrollo durante el siglo XVI; se caracterizo por los medallones, las columnas recubiertas por hojas y guirnaldas, molduras verticales, hornacinas y grandes planos desnudos a los que hace marco esta ornamentación, a veces excesiva. Fue el antecesor del barroco y del churrigueresco. Ejemplos de estilo plateresco son: El Hospital de Santa Cruz de Toledo, la Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, el palacio de los Condes de Benavente, en Baeza, la sacristía de la catedral de Sevilla. Muchas de las iglesias coloniales de Hispanoamérica son de este estilo, más o menos modificado. (Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Selecciones de Reader´s Digest. Cuarta edición. Estados Unidos de América, 1975)Plateresco estilo escudo de armas, detalle de fachada, Salamanca, España

03. Estilo Plateresco. Universidad de Salamanca
 Al principio, la universidad de Salamanca no tenía un edificio propio y las clases se daban en el claustro de la catedral Vieja y en la iglesia de San Benito. En 1401 se empezaron a construir edificios propios, las llamadas Escuelas Menores, donde se cursaba el bachiller, y las Escuelas Mayores, donde se estudiaban carreras universitarias y se obtenían títulos de licenciados y doctores. Este edificio de las Escuelas Mayores, o Universidad de Salamanca propiamente dicha, es de estilo gótico y se construyó en torno a un claustro central, pero lo más característico que posee es una bella fachada de estilo plateresco de exuberante decoración, que se le añadió en torno a 1529. Está dividida en tres cuerpos horizontales y en ellos se pueden distinguir motivos florales, un medallón de los Reyes Católicos, escudos, multitud de detalles ornamentales, personajes míticos y simbología diversa. También hay esculpida una rana sobre la que pesa una leyenda que decía que si un estudiante quería aprobar sus estudios, antes debía de ver la rana.

04. Pateresco,ca
1.adj. y m. [Estilo] arquitectónico surgido en España a finales del siglo xv y en la primera mitad del xvi,caracterizado por la asimilación y adaptación hispana de los principios del Renacimiento italiano fusionados con elementos decorativos góticos: la fachada de la Universidad de Salamanca es plateresca. Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

05. Plateresco. Características. Plateresco español. Fueron típicas las fachadas-retablo, realizadas como si de cuidadosas obras de orfebrería se tratara, prolíficamente decoradas. La decoración, si bien obtuvo diversas inspiraciones, fue fundamentalmente vegetal, aunque también tuvo profusión de medallones, elementos heráldicos y figuraciones animales, entre otros. Se produce también una riqueza en los materiales: chapas doradas en cresterías y remates, jarrones, etc. Al concluir el primer tercio del siglo XVI se observan mayores policromías y aparecen cresterías de base histórica y las balaustradas, amén de una decoración más prolija. Fachada de la Ayuntamiento de Sevilla a la Plaza de San Francisco obra de Diego de Riaño. La extensión de la decoración por todas las superficies arquitectónicas redunda en la creación de nuevas superficies y subespacios, fundamentalmente decorativos del lugar donde se hayan, que a su vez se ornamentan profusamente, tales como hornacinas, nichos y edículos.10 Así mismo fueron incluyéndose progresivamente elementos italianos como decoración: almohadillados, capiteles clásicos, arcos romanos y sobre todo grutescos.11 La decoración empleada tenía significados concretos, no pudiéndose leer tan sólo descriptivamente. Así, los laureles, los motivos bélicos y la abundancia de cuernos se colocaban en las viviendas de militares destacados. Por lo mismo la escenificación de fábulas griegas y romanas abstraía ideales humanistas, con lo que la lógica decorativa se convertía en un medio para expresar y difundir ideas renacentistas.10 También se implementaron y prefirieron ciertos aspectos espaciales. De este modo se construyeron escaleras caustrales de caja abierta.12 No obstante, apenas hubo modificaciones espaciales con respecto al gótico. Plateresco americano. En América, especialmente en el actual México, ciertas culturas autóctonas estaban en fases artísticas que pueden considerarse barrocas cuando los españoles llevaron con ellos el Plateresco. Éste se mezcló simbióticamente con las tradiciones locales, de modo que la arquitectura gótica no llegó a América propiamente dicha, sino a través de un Plateresco que rápidamente mudó primero con las influencias indígenas y después con las africanas, evolucionando en lo que dio en llamarse un Barroco americano.13

06. Plateresco, -ca s. m. 1   Estilo de la arquitectura española de finales del s. xv y principios del xvi caracterizado por la integración de elementos decorativos de inspiración clasicista en edificios góticos y mudéjares: la fachada de la Universidad de Salamanca es del plateresco. — adj.  2   Relativo a este estilo: arquitectura plateresca.Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L. 1.adj. y m. [Estilo] arquitectónico surgido en España a finales del siglo xv y en la primera mitad del xvi,caracterizado por la asimilación y adaptación hispana de los principios del Renacimiento italiano fusionados con elementos decorativos góticos: la fachada de la Universidad de Salamanca es plateresca.
07. Plateresco, también llamado gótico plateresco, Protorrenacimiento, estilo Isabel, estilo Reyes Católicos (estos dos últimos en referencia a su primera fase) y estilo Príncipe Felipe (referido a su fase renacentista), fue una corriente artística, especialmente arquitectónica, tradicionalmente tenida por exclusiva de España y sus territorios, que apareció entre el último Gótico y el Renacimiento, a finales del siglo XV, extendiéndose durante los dos siglos siguientes. Resulta de una modificación del espacio gótico y de una fusión ecléctica de componentes decorativos mudéjares, del gótico flamígero y lombardos, así como primerizos elementos renacentistas de origen toscano.[1] Ejemplos son la inclusión de escudos y pináculos, las fachadas divididas en tres cuerpos (mientras que las renacentistas están divididas en dos) y las columnas de tradición renacentista. Llegó a su máxima expresión durante el reinado de Carlos I,[2] especialmente en Salamanca, aunque también floreció notablemente en otras ciudades de la península Ibérica como León y Burgos y en el territorio de Nueva España que hoy es México.[2] [1] Considerado a veces corriente renacentista y otras estilo propio, recibe a veces los nombres de Protorrenacimiento[3] [4] y Primer Renacimiento como rechazo a considerarlo un estilo en sí mismo.[5]
Fachada de la Universidad de Salamanca.
El estilo se caracteriza por una decoración prolífica que cubre las fachadas con elementos vegetales, candelabros, festones, criaturas fantásticas y todo tipo de figuraciones.[2] La configuración espacial, sin embargo, seguía más claramente un referente gótico. Esta fijación por partes concretas, sin modificaciones estructurales respecto del gótico y apenas espaciales, hacen que sea clasificado muchas veces como variación y no como estilo.[6] En Nueva España el Plateresco adquirió una configuración propia, aferrado fuertemente a su herencia mudéjar y mezclándose con influencias indígenas.[2] También puede hablarse de un estilo plateresco en las
Hospital de los Reyes Católicos, en Santiago de Compostela.
primeras décadas del siglo XVI del sur de Francia, de Portugal[6] y de Italia ("Barroco de Lecce").[cita requerida] En el siglo XIX, con el auge de los historicismos, la arquitectura plateresca revivió bajo los nombres de estilo Monterrey y estilo español.[6]    Etimología. El nombre Plateresco hace referencia al oficio de platero. Diego Ortiz de Zúñiga lo utilizó por primera vez,  aplicándolo a la Capilla Real de la catedral de Sevilla en el siglo XVII.[1] [2] Problemática de la extensión geográfica y de la consideración como estilo.
Altar plateresco del monasterio cisterciense de Santa María del Salvador, en Cañas (La Rioja).
Sepulcro de Juan de Ortega en la iglesia del convento de Sta. Dorotea, en Burgos.
Tradicionalmente se ha considerado un estilo (o corriente) exclusivamente español, entendiendo por españoles los territorios que estaban en poder de la Corona entre los siglos XV y XVII. Sin embargo a mediados del siglo XX esta acotación geográfica quedó en tela de juicio bajo los argumentos de diversos autores, en especial de Camón Aznar (en 1945) y Rosenthal (en 1958), quienes al definir el plateresco genéricamente como una amalgama unitaria de elementos encontrados (góticos, musulmanes, renacentistas), deja de considerarlo un estilo el primero para incluirlo en el Renacimiento, y advierte el segundo su asociación con ciertas edificaciones de otros países europeos, fundamentalmente Francia y Portugal, pero también en Alemania y otros.[3] [5] [7]
Esta problemática realza la improcedencia del nombre Plateresco y la catalogación como estilo, inclinándose a considerarlo un periodo de confusión y transición entre estilos, caracterizado por la profusión decorativa al no ser capaces los arquitectos de desarrollar nuevas tendencias espaciales ni estructurales. En ocasiones, incluso, esto se reduce incluso a tratar el Plateresco como la sustitución de la decoración gótica por los grutescos italianos de inspiración serliana.[8]
Cualesquiera de las tesis, sin embargo, admiten al Plateresco o Protorrenacimiento como un arte que respondió a las exigencias de España, país que acababa de concluir la Reconquista y de llegar a América, empezando a percibir sus riquezas, y entraba en una espiral de grandes construcciones que hoy consideramos monumentos.
Fachada de la Ayuntamiento de Sevilla a la Plaza de San Francisco obra de Diego de Riaño.

Historia

El plateresco sigue la línea del Estilo Isabel, donde los elementos decorativos de tradiciones ibéricas e italianizantes forman complejos ornamentos que se superponen a las estructuras góticas. Posteriormente se puede hablar de un Plateresco que conserva las formas góticas como base hasta 1530. Después de esa fecha, aunque continúan utilizándose y evolucionando los ornamentos platerescos, éstos pasan a formar parte de una arquitectura que ya comienza a asumir las ideas renacentistas. En 1563, con el comienzo de la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, la arquitectura renacentista se depura gracias a las intervenciones de Juan de Herrera, dando fin al esplendor y la extensión del Plateresco en la península Ibérica.[3] En México sin embargo no se olvidó, dando lugar a un Neoplateresco en el siglo XVIII. En cualquier caso el Plateresco, considerado o no como estilo y exclusivamente español o por otro lado europeo, representa la transición entre los estilos gótico y renacentista.

Estilo Isabel (siglo XV) Artículos principales: Gótico isabelino y Manuelino. En el siglo XV comienza a desarrollarse en la Corona de Castilla una tendencia a decorar con motivos flamígeros, procedentes de Flandes, e islámicos la arquitectura castellana, que recibió el nombre de estilo Isabelino porque la mayor parte de los encargos procedían de Isabel la Católica. Estos ornamentos, que se fueron complejizando progresivamente, no influyeron en la estructura interna de las construcciones.Algo similar sucedió por la misma época en Portugal, en lo que se dio en llamar estilo Manuelino.

Gótico plateresco (finales del siglo XV - 1530) A finales del siglo XV comienzan a enmascararse los edificios góticos, en especial con grutescos, sin que éstos cambien en principio sus espacios ni sus estructuras. Este proceso comenzó al llegar a España los elementos renacentistas, que se aplican copiándolos, figurativamente, pero sin entenderlos; es decir, sin desprenderse de las ideas y las formas medievales. Incluso, muchos de los edificios platerescos ya estaban construidos, con lo que sólo se les añadieron capas de ornamentación renacentista, en especial en torno a los huecos (ventanas y puertas), y en general, con excepciones, a todo elemento no tectónico.[10] Aunque se suele aplicar el apelativo plateresco a la arquitectura, el acto de superponer elementos renacentistas nuevos sobre formas regidas por parámetros medievales también es visible en la pintura y la escultura españolas de la época.[4]

Renacimiento plateresco (1530 - 1560) Periodo en que el Renacimiento ya había sido plenamente asumido en la península Ibérica, si bien aún no había llegado a su máxima expresión. Ésta será la de las modificaciones de Juan de Herrera y Felipe II en los planos del monasterio de El Escorial, cuya construcción comenzó en 1563. En estas fechas la decoración, aunque profusa, sigue parámetros totalmente italianizantes y se aplica sobre construcciones diseñadas según la lógica renacentista.

Estilo Monterrey (siglo XIX y primer tercio del XX)

El Palacio de Monterrey.
Estilo Monterrey. En el siglo XIX apareció el estilo Monterrey -nombre dado por el palacio de Monterrey (Salamanca)-, estilo Español o Neoplateresco, un historicismo centrado en el Plateresco, entendiendo éste como un estilo nacional.[6] [14]  El estilo sobrevivió hasta las primeras décadas del siglo XX, inmerso en los revivals nacionales y regionales, enormemente propagado aunque difícilmente aceptado, pudiéndose encontrar algunos ejemplos en la Gran Vía de Madrid.[15] [16]  En México también se produjo una nueva expresión del Plateresco, cuyo éxito se extendió hasta el suroeste de Estados Unidos, y que se inició en la primera mitad del siglo XVIII.[17] No hay que confundir este Neoplateresco con el de la España de finales del XIX y principios del XX, el llamado estilo Monterrey.

Ejemplos de Arquitectos y artistas platerescos

Arquitecturas y otras obras platerescas

Referencias

1.                               a b c Bozal, Valeriano; Historia del arte en España. Desde los orígenes hasta la Ilustración, pp 157 y 165. Ed. Istmo (1978). ISBN 978-84-7090-025-9.
2.                               a b c d e Arellano, Fernando; El arte hispanoamericano, pp 13-14. Ed. Universidad Católica Andrés (1988). ISBN 978-980-244-017-7.
3.                               a b c Arias de Cossío, Ana María; El arte del Renacimiento español, pp 90-91. Ed. Encuentro (2009). ISBN 978-84-7490-909-8.
4.                               a b Marías, Fernando; El siglo XVI: Gótico y Renacimiento, p. 24. Ed. Silex Ediciones (2002). ISBN 978-84-7737-037-6.
5.                               a b Alonso Ruiz, Begoña; Arquitectura tardogótica en Castilla: los Rasines, p. 23. Ed. Universidad de Cantabria (2003). ISBN 978-84-8102-304-6.
6.                               a b c d Bendala Galán, Manuel; Manual del arte español, p. 416. Ed. Silex Ediciones (2003). ISBN 978-84-7737-099-4.
7.                               Nieto Alcaide, Víctor Manuel; Morales, Alfredo José; Checa Cremades, Fernando; Arquitectura del renacimiento en España, 1488-1599, p. 60. Ed. Cátedra (1989). ISBN 978-84-376-0830-3.
8.                               a b Bassegoda Nonell, Juan; Historia de la arquitectura, p. 224
9.                               Quesada Marco, Sebastián; Diccionario de civilización y cultura españolas, p. 64. Ed. Akal (1997). ISBN 978-84-7090-305-2.
10.                           a b c Ávila, Ana; Imágenes y símbolos en la arquitectura pintada española (1470-1560), pp 80-83. Ed. Anthropos (1993). ISBN 978-84-7658-417-0.
11.                           Amorós, Andrés, y Camarero, Manuel; Antología comentada de la literatura española: historia y textos : siglo XVI, p. 183. Ed. Castalia (2006). ISBN 978-84-9740-125-8.
12.                           Marías, Fernando; El siglo XVU: Gótico y Renacimiento, p. 163. Ed. Silex Ediciones (1992). ISBN 978-84-7737-037-6.
13.                           Carpentier, Alejo; Márquez Rodríguez, Alexis; y García Carranza, Araceli; Los pasos recobrados: ensayos de teoría y crítica literaria, p. 37. Ed. Fundación Biblioteca Ayacuch (2003). ISBN 978-980-276-354-2.
14.                           Navascués Palacios, Pedro, y Quesada, María Jesús; El siglo XIX: bajo el signo del Romanticismo, p. 16. Ed. Silex (1992). ISBN 978-84-7737-043-7.
15.                           Navascués Palacio, Pedro, y Alonso Pereira, José Ramón; La Gran Vía de Madrid. Ed. Encuentro (2002). ISBN 978-84-7490-667-7.
16.                           De San Antonio Gómez, Carlos; El Madrid del ', 98: arquitectura para una crisis. 1874-1918, p. 132. Ed. Comunidad de Madrid, Consejería de Educación y Cultura (1998). ISBN 978-84-451-1485-8.
17.                           Zuno Hernández, José Guadalupe; Historia de las artes plásticas en la Revolución Mexicana, vol. 2, p. 41. Ed. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (1967).
18.                           Chueca Goitia, Fernando; Ars Hispaniae: Arquitectura del siglo XVI. Ed. Plus-Ultra (1953).
19.                           Camón Aznar, José; La arquitectura plateresca. Ed. Instituto Diego Velázquez (1945).
20.                           a b c Aguado Bleye, Pedro, y Alcázar Molina, Cayetano; Manual de historia de España: Reyes Católicos. Casa de Austria (1474-1700), p. 1064. Ed. Espasa-Calpe (1963).
21.                           Soldevila, Ferrán; Historia de España, vol. 3. Ed. Ariel (1999).
22.                           Rivas Carmona, Jesús; Los trascoros de las catedrales españolas: estudio de una tipología arquitectónica, p. 93. Ed. Editum (1994). ISBN 978-84-7684-572-1.
23.                           Bozal, Valeriano; Historia del arte en España. Desde Goya hasta nuestros días, p. 67. Ed. Istmo (1991). ISBN 978-84-7090-027-3.
24.                           Bueno Fidel, María José; Arquitectura y nacionalismo: pabellones españoles en las exposiciones universales del siglo XIX, cap. 6. Ed. Universidad de Málaga y Colegio de Arquitectos (1987).

Véase también


Arte Plateresco
El Plateresco en el contexto del renacimiento en España
Indudablemente, el arte del Renacimiento en España se puede considerar como un estilo de importación italiano.
Se inicia en el siglo XVI por lo que se puede considerar tardío.
Su influencia llega a España o bien por artistas italianos, o por españoles formados en Italia.
La razón principal de la tardanza del Renacimiento en España fue la fuerte pervivencia del gótico.
La arquitectura renacentista en España evolucionó dando lugar a tres modalidades, de los cuales el primero es el arte Plateresco
Estilo Plateresco
El Plateresco se desarrolló en España durante el primer tercio del siglo XVI. Sus características son:
·        Continuidad y permanencia de las estructuras góticas.
·        Decoración abundante de estética ya renacentista: conchas, motivos heráldicos, sillares almohadillados, elementos arquitectónicos clásicos como frontones y entablamentos...
La decoración se realiza con mucha minuciosidad. Se aplica a todo tipo de arquitectura: civil (universidades, palacios...) y religiosa (conventos, iglesias...).
La ciudad del plateresco, por excelencia es Salamanca, aunque también se extiende a Burgos y Valladolid.
Algunos de los edificios platerescos más importantes son:
Colegio de la Santa Cruz en Valladolid.
Obra de Lorenzo Vázquez de Segovia. Tiene la fachada decorada con sillares almohadillados, arcos de medio punto, entablamento, motivos heráldicos y remate en balaustrada.
Palacio de Cogolludo en Guadalajara.
Su autor fue Lorenzo Vázquez de Segovia. Su fachada lleva sillares almohadillados pero hay una clara reminiscencia de lo gótico.
Fachada de la Universidad de Salamanca.
Se trata de una fachada muy decorada, que recuerda a un retablo (con calles y cuerpos). Aparecen medallones, escudos, motivos heráldicos, remate en crestería (decoración calada imitando a una cresta), etc.
La decoración se dispone a candelieri (elementos ornamentales que imitan candelabros u otros elementos constructivos, arquitectónicos o simplemente abstractos). También aparecen desnudos (algo que va a ser típico del arte del Renacimiento) como Hermes y Venus. También hay grutescos.
Otras obras importantes de este estilo son la Fachada de la iglesia de San Esteban de Salamanca, Palacio de Monterrey, Escalera Dorada de la Catedral de Burgos, Hospital de San Marcos en León, Hospital de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela, Hospital de la Santa Cruz en Toledo, Fachada de la iglesia de Santa Engracia en Zaragoza, el Ayuntamiento de Sevilla, etc.
Etimología de Plateresco.
El estilo arquitectónico propio del renacimiento español es el “plateresco” (Siglo XVI) que se distingue por su peculiar riqueza decorativa. Parece ser Diego Ortiz de Zúñiga y del Alcázar (1633-1680) quien utilizó primero este adjetivo hablando de “fantasía plateresca” Por la exquisita finura de sus motivos se cotejó el trabajo de los decoradores con el de los plateros que cincelan el oro y la plata. Si dicho estilo se encuentra en varias partes de España, en monumentos religiosos y civiles. Salamanca aparece como la ciudad plateresca por excelencia. Foto de la fachada de Universidad de Salamanca.








Plateresco. (Explicación y definiciones de los términos y referencias utilizados en estas páginas, para mejor comprensión de los textos de las mismas)  El término plateresco aparece por primera vez en la obra de Ortiz de Zúñiga en el siglo XVII, a partir de ese momento se va afianzando hasta que es aceptado, para definir la arquitectura del primer tercio del siglo XVI en España. La Monarquía, como expresión de su poder y de la nueva unidad religiosa y política conseguida por los Reyes Católicos, codificará una arquitectura unificada y característica, mediante una serie de recetas, que se va a imponer en todo el territorio peninsular, y en la que se van a desarrollar una serie de nuevas tipologías de edificios, como es el modelo de Hospital. Al ser un arte oficial, válido para la afirmación política, y no el desarrollo de una serie de estudios y ensayos teóricos, como había ocurrido en Italia, los elementos renacentistas se incorporan más con un criterio decorativo y ecléctico. La arquitectura plateresca se va a caracterizar por la combinación de estructuras del gótico final, desarrolladas especialmente en el denominado estilo isabelino, con elementos renacentistas, sin que se produzca ninguna contracción, y donde también tendrán cabida otros elementos como los mudéjares. Uno de los edificios que mejor muestra estas convergencias es el Palacio del Infantado de Guadalajara. Los elementos decorativos serán por tanto una de las características del plateresco, los medallones en las enjutas, los entablamentos y basamentos, los grutescos, los festones, las columnas balaustradas, los frontones, etc, decoran las fachadas de los edificios en cuyos interiores se sigue utilizando la bóveda de crucería gótica. Dentro de la nueva tipología de edificios que se desarrollan se encuentran los hospitales, donde se aplica el modelo italiano codificado por Filarete, sus mejores ejemplos son El Hospital de la Santa Cruz de Toledo, el de Santiago de Compostela y el de Granada. Pero el centro del plateresco por excelencia va a ser la ciudad de Salamanca, tanto por el numero de edificios que en ella se construyen, como por la finura de su decoración, hecho en el que influye la excelente calidad de la piedra. Uno de sus primeros edificios es la Casa de las Conchas dentro de la tradición gótica de vivienda y con una decoración plenamente renacentista. El arquitecto que llena todo el primer tercio en esta ciudad es Juan de Álava, constructor del Convento de San Estaban,donde partiendo del modelo de iglesia de San Juan de los Reyes, del gótico final, plantea una fachada, interpretada como un gran paño decorativo, con portada de grandes dimensiones. Dentro de esta misma ciudad se encuentra el Claustro del convento de las Dueñas, realizado por Gil de Hontañón, las Fachadas de la catedral nueva o la del Colegio de los Irlandeses iniciada por Diego de  y terminada por Juan de Álava.Pero la gran obra del plateresco, es la Fachada de la Universidad de Salamanca, de autor desconocido, constituida como un paño decorativo, independiente del edificio, donde los temas decorativos, de flores, medallones, escudos y grutescos, ofrecen un inusitado ritmo. De este mismo periodo son La Escalera Dorada de la catedral de Burgos realizada por Diego de Siloe y  la fachada de San Gregorio de Valladolid.







Hospital de Granada           Palacio del infantado         fachada Universidad de Salamanca



  • La arquitectura renacentista se introduce en España a finales del siglo XV como fruto de los contactos comerciales, políticos y militares entre la península ibérica e Italia en estos años. Sabemos de algunos artistas españoles que viajaron a Italia atraídos por el ambiente cultural y de italianos que lo hicieron a España como forma de ganar como clientes a los monarcas unificadores (Reyes Católicos y, sobre todo, Carlos I) y a la aristocracia española (los Mendoza), receptiva ante las formas italianas porque usan este estilo importado como medio de distinguirse y afirmar su prestigio. La Iglesia, sin embargo, tradicional mecenas de la arquitectura se mostrará reticente ante el modelo clásico-pagano del Renacimiento, lo que influirá en que el lenguaje gótico y mudéjar siga presente a lo largo de la primera mitad del siglo XVI. El resultado es un estilo híbrido y exclusivo que recibe el nombre de Plateresco. La política exterior de los Reyes Católicos. Europa en 1512. La arquitectura española renacentista evolucionará distinguiéndose tres etapas que aproximadamente corresponden a los tres tercios del siglo XVI - Plateresco propiamente dicho. Últimos años del siglo XV y  primer tercio del  XVI. - Plateresco purista. Segundo tercio del siglo XVI. - Herreriano. Tercer tercio del siglo XVI. En este artículo y en la siguiente presentación sólo vamos a tratar de las dos primeras etapas habiendo dejado la tercera. Plateresco. Hasta los años 30 del siglo XVI. En un principio el Renacimiento se introduce por obras de artistas italianos o españoles que provienen de Italia y por la importación de  patios enteros de mármol labrados en Italia que se instalaron en castillos como el de La Calahorra para el Marqués de Cenete en Guadix (Granada). Patio del castillo de La Calahorra, Guadix (1509.1512). Lorenzo Vázquez levantará en 1491 la fachada del colegio de Santa Cruz de Valladolid, primera obra de carácter renacentista en la península, en la que se trasplanta directamente elementos del renacimiento italiano como el almohadillado, las pilastras clásicas, el frontón decorativo de la ventana o la estructura arco de medio punto-dintel-pilastra.  Este arquitecto se había educado en el Quattrocento florentino y cuando regresó a España aplicó las novedades aprendidas allí en una serie de edificios sufragados por la poderosa familia de  los Mendoza. El palacio de Cogolludo para la misma casa nobiliaria en 1495 sigue sorprendiendo por el lenguaje tan purista italiano. Fachada del Colegio de Santa Cruz de Valladolid. Lorenzo Vázquez. El impulso italianista se frena un tanto a partir del segundo decenio del siglo XVI. El nuevo lenguaje desde entonces es más ornamental y las fachadas se acolmatan de relieves escultóricos. La opulencia del gótico isabelino y la mentalidad minuciosa mudéjar se hermanan con la abundantísima decoración renacentista importada de grutescos, candelieri, bucráneos, medallones, balaustre, capiteles corintios, hornacinas aveneradas, cornucopias, hojas de acanto, jarrones... El resultado son obras repletas de detalles decorativos como  la tarea de repujado de un orfebre platero, de ahí, el nombre que recibe de estilo plateresco. La ornamentación plateresca se desborda por los muros delas fachadas o trepa como hiedra por las columnas y pilastras. Decoración plateresca con grutescos y candelieri. Detalle de San Esteban  de Salamanca. En esta época, el centro más representativo es Salamanca, donde encontramos algunas de las joyas del plateresco como la fachada de la Universidad (hacia 1525) y la iglesia de San Esteban de Juan de Álava. Pero no es el único centro también encontramos obras en Santiago de Compostela (Hospital de E. Egas), Toledo (Hospital de la Santa Cruz de E. Egas), Burgos (Escalera Dorada de la catedral de D. de Siloe), Sevilla (Ayuntamiento por D. de Riaño) y, en general, en todas las ciudades de Castilla. Como podemos ver por los ejemplos citados la arquitectura civil tuvo tanta importancia o más que la religiosa. Fachada de la Universidad de Salamanca de autor anónimo. El plateresco purista. El segundo tercio del siglo XVI. En esta etapa lo minucioso pierde fuerza, apostando los arquitectos por formas renacentistas italianas más reconocibles y de mayor tamaño. La monarquía de Carlos I impulsa numerosas construcciones que reflejen su poder. Rodrigo Gil de Hontañón trabaja entre Salamanca (palacio de Monterrey), Segovia y Alcalá de Henares, donde realizará su obra maestra, la espléndida fachada de la Universidad. El adorno retrocede y sólo subraya las líneas arquitectónicas, que se muestran ya puramente clásicas (columnas y frontones). Seña de identidad de su obra es el último piso con galería de ventanas enmarcadas por balaustres. Rodrigo Gil de Hontañón. Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares. En Toledo trabaja Alonso de Covarrubias, nombrado por Carlos I en 1537 arquitecto real de las obra de la ciudad, entre las que se encuentran el Alcázar de Toledo, el Hospital del Tavera y la puerta de Bisagra. Los tres edificios son claves para entender el estilo de los Austrias. El primero constituye el primer ejemplo  de palacio con torres en esquina remadas con chapitel y amplísimo patio. El segundo es el ejemplo de edificio con dos patios con porche porticado de unión que también dejará repercusiones en la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII. El tercero es una puerta conmemorativa monumental donde sobre todo destaca el imponente escudo del águila imperial bicéfala del emperador Carlos V. El estilo es purista. Patio del Alcázar de Toledo. Alonso de Covarrubias. Granada es una de las ciudades más importantes del renacimiento. En la misma Alhambra se erige el palacio de Carlos V, obra de Pedro Machuca, que es de lo más clásico que puede encontrarse fuera de Italia. Se comenzó en 1527 y se paralizaron las obras en 1568, quedando sin levantar  el tercer piso, que se diseñó. Su planta con patio circular inscrito en un cuadrado es original dentro del Renacimiento. Externamente su fachada está decorada con sillares almohadillados, óculos, columnas y pilastras de orden toscano, jónico y corintio. En su puerta de acceso podemos ver el empleo manierista de las columnas duplicadas y del motivo serliano a modo de Giulio Romano en el palacio del Té de Mantua. El patio es de decoración muy simple y armónica, recordando la obra de Bramante. Entrada al palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada. Pedro Machuca. Diego de Siloe continúa las obras góticas iniciadas por Enrique Egás de la catedral de Granada en 1528. Crea un  espacio muy luminoso, con pilares clásicos que  levantan a gran altura bóvedas estrelladas. La monumental capilla mayor estaba concebida como mausoleo imperial con rotonda cubierta con cúpula y con girola a su alrededor. No duda en usar recursos manieristas como colocar para sobreelevar los pilares un trozo de entablamento de escala gigante. Esta catedral se convirtió en un prototipo para la región (Málaga y Guadix) y para América (Guadalajara, Méjico). Andrés de Vandelvira continua la obra de Siloe en la catedral de Jaén y en las construcciones religiosas y palaciegas de Úbeda y Baeza. Catedral de Granada. Diego de Siloe. Al fondo la capilla mayor concebida como capilla funeraria para el emperador. Monumentalidad y uso sin reglas de los elementos clásicos van a preconizar la siguiente etapa y su principal obra, el monasterio-palacio de El Escorial. Posts relacionados: Arte prehelÉnico (minoico y micÉnico). arquitectura: caracterÍsticas y edificios. introducciÓn histÓrico-geogrÁfica. 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